martes, 31 de enero de 2012

Jonio González y su magnífica obsesión por Richie Kamuca

Jonio González lo hizo de nuevo. Para su serie Second Line, publicada en Cuadernos de Jazz, esta vez un texto deslumbrante sobre el saxofonista Richie Kamuca.

En busca de Richie Kamuca

No recuerdo cuándo comenzó mi obsesión por Richie Kamuca. Sí recuerdo que cuando escuché por primera vez a Shelly Manne & His Men mi oído se sintió atraído de inmediato por ese sonido lesteriano y a un tiempo enérgico, un punto melancólico y negligente, como si quien lo producía intentase, sin éxito, ocultar el fondo de su alma. Recuerdo también el día, hace ya muchos años, en que en la desaparecida tienda Balada, de la calle Pelayo de Barcelona, descubrí, en formato vinilo, Drop Me Off In Harlem, el último de los tres extraordinarios, y absurdamente inconseguibles, discos que grabó para Concord en 1977, año de su muerte. Desde entonces me he sentido, respecto de Kamuca, como los narradores de las novelas de Patrick Modiano, siempre en busca de alguien de cuya elusiva identidad sólo sabemos aquello que nos transmiten los escasos testigos de su paso por la vida.

 En el caso de Richie Kamuca los indicios hay que buscarlos en las obras que ha dejado, en su colaboración con otros, en su nómada y a la vez coherente trayectoria. Y el misterio se agiganta cuando comparamos ésta con la de fieles compañeros de ruta como Bill Perkins, Conte Candoli, Frank Rosolino, Stan Levey o Bill Holman. ¿Por qué coincide con ellos en algunos discos y en la mayoría, sin embargo, su nombre desaparece mientras que los otros permanecen? ¿Qué ocurrió entretanto, cuál fue la razón de esos hiatos?

Nacido en Filadelfia en 1930, de origen indoamericano (según otras fuentes era medio hawaiano), Richard Richie Kamuca estudia en la Mastbaum High School of Music, donde coincide con Red Rodney y Buddy DeFranco. Con sólo dieciséis años es contratado por un club de Newark, donde coincide con Clifford Brown, y a los diecinueve lo encontramos en el cuarteto de Stan Levey, del que también forman parte Red Garland y Nelson Boyd y con el que llega a acompañar al mismísimo Charlie Parker. Dos años más tarde, en 1951, entra en la orquesta de Stan Kenton, donde coincide con varios músicos que marcarían su carrera artística, como Bill Holman (con el que colaboraría asiduamente durante unos años), Frank Rosolino y Lee Konitz. Es ése uno de los períodos más "caleidoscópicos" y "dinámicos" (en palabras de algunos críticos de la época) de Kenton, que en 1952 cree haber alcanzado el olimpo de los grandes creadores con New Concepts of Artistry in Rhythm. Lo cierto, no obstante, es que los arreglos de Bill Russo, Bill Holman y Gerry Mulligan resultan cálidos y a la vez coloristas, y que Kamuca, cuyo nombre no aparece destacado en la contra del disco, realiza más de una intervención destacable, sobre todo en Young Blood, de Mulligan. Al año siguiente participa en la grabación de Sketches in Standards y acompaña (junto con Konitz, Rosolino, Conte Candoli, Stan Levey y Don Bagley) a Al Haig cuando éste se presenta en el club The Clef, de Hollywood. La publicación en 2002, por el sello japonés PJL, de las grabaciones de estas actuaciones ponen de manifiesto la admiración de Kamuca (y Candoli) hacia Charlie Parker, y el bop en general, en una apabullante versión de "Billie's Bounce". Poco después, la orquesta de Kenton marcha de gira a Europa, pero Kamuca no es de la partida.
           
En 1954 se une a la formación de Woody Herman como miembro del Tercer Rebaño, junto con Bill Perkins y Al Cohn. Quizá en esto resida una de las claves de la pertinaz infravaloración de Richie Kamuca: tras el paso por la orquesta de Herman de lesterianos de la talla de Stan Getz, Zoot Sims o los citados Cohn y Perkins, sería hasta cierto punto lógico que su imagen quedara algo desdibujada, aun cuando ya poseía un sonido propio, menos ligero que el de los primeros, si se quiere, pero igual de sólido y personal. Del tiempo que pasó con el músico de Milwaukee lo más destacable tal vez sea su intervención en "Opus The Funk", incluido en Road Band!, de 1955, y las grabaciones que hizo con el octeto que formó Herman para unas actuaciones en el Riviera Starlight de Las Vegas, "Jackpot!" (recogido en Woody Herman. His Octet and His Band, editado en 2006 en las JazzCity Series de Fresh Sound). Las intervenciones de Kamuca al comienzo de "Every Day I Get The Blue"s, así como en "Jumpin' At The Woodside" y, sobre todo, "The Boot", son de las que quitan el aliento por su fuerza, su control y su swing. Al año siguiente también daría muestras de su genio como gregario en Blues Groove, con arreglos de Nat Pierce y Ralph Burns. Sin embargo, la consecuencia más interesante de su paso por la orquesta de Herman serían el mítico The Brothers!, con Perkins y Kamuca, y Cy Touff, His Octet & Quintet, con arreglos de Johnny Mandel y Ernie Wilkins. En el primero porque, aun cuando por momentos resulta casi imposible distinguir cuál de los tres está tocando, Kamuca consigue, como escribió Mitch Reed en las notas del álbum, "sonar como los otros dos a la vez". En el segundo, porque nunca hasta el momento Kamuca, que ya había coincidido con Touff en el octeto de Herman, se había explayado tanto y con tal libertad. A destacar, su particular homenaje a Young en Prez-scence (uno de los escasísimos temas de su autoría)  y su solo en "Half Past Jumping Time", una composición que conjuga sabiamente el sonido West Coast con los conceptos rítmicos de Count Basie (se trata de un tema de Neal Hefti, arreglista del Conde).
           
Mil novecientos cincuenta y seis marcaría también el reencuentro de Kamuca (y Bill Perkins) con Kenton, que duraría un par de años e incluiría grabaciones y presentaciones en clubes de la Costa Oeste. Asimismo, ese año colaboraría con Chet Baker y Art Pepper en The Route, con una fantástica intervención, por nocturna y contenida, en el tema homónimo, y, sobre todo, grabaría con Bill Perkins dos álbumes excepcionales, Just Friends y Tenors Head-On (reunidos en Just Friends, LoneHillJazz, 2008). Si bien una vez más los sonidos de Kamuca y Perkins resultan indiscernibles en ocasiones, el segundo lo tenía claro: "A veces ni yo soy capaz de distinguir cuál es cuál, pero si de algo estoy seguro es de que me gustaría tener el swing de Richie." Frescos, contrapuntísticos, emotivos (sublime el diálogo que establecen en "Sweet and Lovely",con Perkins en el clarinete bajo), actúan como almas gemelas en los unísonos y como espíritus afines en los respectivos solos. Por esa época Kamuca interviene también (con Charlie Mariano, Pepper Adams y Chet Baker entre otros) en la grabación de la banda sonora de The James Dean Story, película dirigida por Robert Altman. Los arreglos corren a cargo de Bill Holman y Johnny Mandel y se trata de una de las numerosas colaboraciones de nuestro hombre con los estudios de Hollywood (fuente clave de alimento para los músicos de la Costa Oeste). En 1959, por ejemplo, registrará la música para la serie Mike Hammer, con arreglos de Skip Martin y la compañía tras los atriles de Frank Rosolino, Bud Shank, Ted Nash, Don Fagerquist, Pete Candoli y un largo etcétera de parecido nivel, todos los cuales encontraban en el cine y la televisión un medio de vida que por cierto tiempo parecía adaptarse, simplificándola en parte, a su estética. Kamuca aparecería también delante de las cámaras, como en un capítulo de la serie Adventures in Paradise, representando, con Shelly Manne y Conte Candoli, a tres músicos de jazz náufragos en una isla. El personaje de Kamuca se llamaba, no casualmente, Moody. También tenemos ocasión, en 1958, de verlo en King Go Forth, de Delmer Davis, tocando como miembro del quinteto de Red Norvo. El trompetista era Tony Curtis, y de su instrumento surgían las notas que soplaba Conte Candoli. Por esos años, sin embargo, cuesta encontrarlo en la mayoría de formaciones en que casi todos los músicos citados hasta ahora, y que constituían la flor y nata de la Costa Oeste, intervinieron en una u otra ocasión, como las de Russell Garcia, Pete Rugolo, Buddy Rich o Lennie Niehaus. Las excepciones que han sobrevivido al paso del tiempo o los caprichos de las discográficas fueron Manny Albam (Afterthoughts, con soberbias intervenciones de Kamuca en el tema del mismo nombre y Thurnder Burt e incluidas en la integral de Albam que publicó en 2004 LoneHillJazz) o Marty Paich, que requirió sus servicios para grabar cuatro temas que aparecieron en la antología Modern Jazz Gallery (e incluidos en Paich-ence, editado en 2006 en las JazzCity Series).          
           
Sin embargo, cuando en 1957 se une a los Lighthouse All Stars de Howard Rumsey, en reemplazo de Bob Cooper, sus compañeros de profesión se alegraron tanto o más que el público. Con dicha formación colaborará intermitentemente a lo largo de al menos tres años, y como testimonio de ello el aficionado puede recurrir a In The Solo Spotlight o a West Coast Days, a nombre de Joe Gordon y Scott LaFaro, dos asiduos del local de Hermosa Beach. Con LaFaro, más Rosolino, Carl Perkins y Stan Levey, formará un efímero quinteto que se presentará en el programa de televisión The Stars Of Jazz. Ese mismo año el mítico sello Mode lo contrata para acompañar en sendos discos a Frank Rosolino y Stan Levey, y grabar (todo en el mismo mes de junio) el primer disco como protagonista absoluto, con un cuarteto formado por los citados Carl Perkins y Levey más Leroy Vinnegar en contrabajo: Richie Kamuca Quartet. El disco no decepciona. Carl Perkins demuestra que era un "raro" en toda regla y el propio Kamuca tiene intervenciones de mérito, especialmente en baladas como "My One And Only Love": pocos como él han sabido sonar sofisticados sin caer en el amaneramiento. Sin embargo, no está a la altura de los discos grabados con Bill Perkins, ni siquiera de algunas intervenciones en el disco de Rosolino y, mucho menos, de los dos que al año siguiente grabaría con Bill Holman (como miembro de cuya orquesta había participado en 1958 en la grabación de In A Jazz Orbit) para el sello Hi-Fi: Jazz Erotica y West Coast Jazz In HiFi (reeditados por OJC con este último título). Se trata en ambos casos de discos magníficos que transmiten una alegría y libertad infrecuentes y en los que apenas hay trazas kentonianas. Kamuca, cuya tesitura se nos antoja más amplia, suena relajado y menos contenido, con imaginativos solos en Blue Jazz y Angel Eyes, y el grupo en general, con un notable Guaraldi al piano, raya a gran altura. La actividad de Kamuca se redobla por entonces: continúa su colaboración con Shorty Rogers, que había comenzado dos años antes, graba con Art Pepper y Herb Ellis y, sobre todo, es convocado por Shelly Manne para formar parte de sus inmortales Men, por los que pasarían Joe Gordon, Victor Feldman, Monty Budwing, Conte Candoli o Russ Freeman, entre otros. Fue éste un grupo que, como en su día escribió Carlos Sampayo, echó por tierra la idea de que existía un West Coast Style. En efecto, la propuesta de Shelly Manne tiende lazos con lo que en ese momento estaban haciendo en la Costa Este artistas como Lee Morgan, Horace Silver, Benny Golson (uno de los autores más revisitados por el grupo, junto con Bill Holman) o Hank Mobley. En los discos que nos dejaron, especialmente los grabados en directo en el Black Hawk de San Francisco y en el Manne Hole de Hollywood, Kamuca expone la grandeza de su arte como tal vez no lo había hecho hasta el momento: sobrio y potente, en perfecta sincronía con sus compañeros, en particular ese bopper trasplantado a la costa opuesta llamado Conte Candoli (con ninguno de cuyos grupos, por cierto, llegó a grabar), uniendo la herencia poética de Lester Young con los arcanos del bop.
           
La relación de Kamuca con Manne llega hasta 1961. Tras participar en algunos discos esenciales de Anita O'Day y grabar con la big band de Terry Gibbs (junto a viejos conocidos como Bill Perkins, Frank Rosolino, Mel Lewis o Conte Candoli), marcha a Nueva York. Allí integra el quinteto de Roy Eldridge y colaborará con ese innovador algo errático que fue Gary McFarland. Sus mejores intervenciones con éste las hallamos en el por momentos irritante Point Of Departure, el disco más recordado del algo áspero y fugaz vibrafonista, y no sólo porque Kamuca se atreve, con resultados más que satisfactorios, con el oboe, sino porque al tenor deja su impronta en algunos solos antológicos (v.g. en Love Theme From David And Lisa). Toca en el Half Note con Zoot Sims, Al Cohn y Jimmy Rushing, y en 1964 Mulligan, con quien había coincidido en la orquesta de Kenton, lo convoca para integrarse en su Concert Jazz Band, con la que se presenta en el Birdland y en el Tonight TV Show de Mervin Griffin. En 1967 interviene en el que muy probablemente sea uno de los mejores discos de Lee Konitz, The Lee Konitz Duets. Lo hace en dos temas, Tickletoe y Alphanumeric. El diálogo que ambos establecen el primero constituye una auténtica epifanía en la que, en poco menos de tres minutos, ambos artistas (Konitz tocando el tenor) dialogan, discuten, se contradicen y se complementan, todo ello de forma simultánea. Sencillamente sublime. Tras esto, sólo sabemos de Kamuca que graba en 1970 con la orquesta de Thad Jones y Mel Lewis. Quien esto escribe no ha conseguido averiguar qué otras cosas hizo en ese tiempo, al servicio de quién puso su arte, qué afortunados pudieron disfrutar de él en un período como mínimo complicado para cierta concepción del jazz. Como quiera que sea, en 1972 Kamuca decide regresar a Los Angeles, donde se ganará la vida en orquestas menores como las de Bill Berry o Frank Capp. Ignoramos si Manne volvió a invitarlo a su Hole, que en cualquier caso cerraría definitivamente un par de años después.
           
Este podría ser el final. Si la presente historia acabase aquí sería como la de tantos artistas cuyo genio fue su única herramienta de trabajo. Sin embargo, Kamuca tuvo una última oportunidad de demostrar que distaba de ser uno más, que probablemente llegó tarde y por ello se lo incluyó, con previsible ligereza, en el saco compasivo de los herederos de Lester Young, pero que la obsesión que supo crear en quien esto escribe y en otros muchos estaba por demás justificada. Quien recorra las enciclopedias del jazz encontrará pocos músicos a los que se aplique con tanta insistencia el término "infravalorado", y, sin embargo, en 1977, el mismo año de su muerte, el sello Concord lanzó nada menos que tres álbumes a su nombre, Richie (con viejos colegas como Mandell Lowe y Monty Budwig), Charlie (con Blue Mitchell, Jimmy Rowles, Ray Brown y Donald Bailey) y el mencionado Drop Me Off In Harlem, todos ellos merecedores, con creces, de una reedición que nunca llega. De los dos primeros, que quien esto firma no ha conseguido escuchar, las enciclopedias destacan el swing y el lirismo de Kamuca, especialmente en el segundo, donde nuestro hombre rinde otro homenaje a Parker cambiando el saxo tenor por el alto. Del tercero, esa gema rescatada hace más de veinte años con mano temblorosa, basta ver la foto de la contraportada, obra de Phil Lindsay, para hacerse una idea del espíritu que animaba a Kamuca. La firmeza con que éste sostiene el instrumento, su rostro concentrado y relajado a un tiempo preanuncian una obra exquisita y enérgica. Acompañado por Dave Frishberg, Ray Brown y Herb Ellis, Kamuca se enfrenta a siete standards y un tema de Frishberg (Dear Bix, en el que canta con voz conmovedora y sin ornamentos, como ya hiciera en The Autumn, de Charlie) con consumada sapiencia rítmica, emotividad y el mismo rigor expresivo de que hizo gala durante toda su carrera, optando siempre por el camino más directo pero no por ello menos arriesgado, sin la menor concesión al patetismo o la petulancia, con una sinceridad, maestría y sencillez que es patrimonio de los grandes. Como escribió sobre él Gordon Raddue, "quienes han prestado atención a su calidez, su sutil expresividad y su sonoridad libre de clichés, saben bien de que estamos hablando". Richie Kamuca murió de cáncer el 22 de julio de 1977, el día antes de que cumpliese cuarenta y siete años. Ojalá este recordatorio ayude a que se le haga por fin justicia. El jazz se lo merece.


Discografía selecta

Como líder:
1957: Richie Kamuca Quartet (Mode)
1977: Richie (Concord)
1977: Charlie (Concord)
1977: Drop Me Off in Harlem (Concord)

Con Stan Kenton
1952: New Concepts Of Artistry In Rhythm (Capitol)
1952: Stan Kenton In True '52 Stereo (Dynaflow)
1953: City Of Glass (Capitol)
1953: Sketches In Standards (Capitol)
1958: Kenton In Hi-Fi (Capitol)
1958: Back To Balboa (Capitol)
1958: The Ballad Style Of Stan Kenton (Capitol)
1958: Live At The Macumba Club (Magic)

Con Woody Herman
1955: Jackpot! (Capitol)
1956: Blues Groove (Capitol)
1960: At The Monterey Jazz Festival (Atlantic)

Con Cy Touff
1955: Cy Touff, His Octet And Quintet (Pacific Jazz)

Con Howard Rumsey
1957: In The Solo Spotlight (Pacific Jazz)

Con Bill Holman
1958: In A Jazz Orbit (Andex)
1959: Jazz Erotica (HiFi)
1959: West Coast Jazz In HiFi (HiFi)

Con Shorty Rogers
1957: Portrait Of Rogers (RCA)
1958: Chances Are, It Swings (RCA)
1960: The Swinging Nutcracker ((RCA)

Con Chet Baker
1956: The Route (Pacific Jazz)

Con Frank Rosolino
1957: Frank Rosolino Quintet (Mode)

Con Stan Levey
1957: Stan Levey Quintet (Mode)

Con Shelly Manne
1959: At The Blackhawk (Contemporary)
1961: At The Manne Hole (Contemporary)
1961: Checkmate (Contemprary)

Con Art Pepper
1959: Modern Jazz Classics (Contemporary)

Con Herb Ellis
1959: Herb Ellis Meets Jimmy Giuffre (Verve)

Con Bill Perkins
1955: The Brothers! (RCA)
1956: Just Friends (Pacific Jazz)
1956: Tenors Head On (Pacific Jazz)

Con Anita O'Day
1960: Swings Cole Porter (Verve)
1960: Incomparable! (Verve)
1961: Trav'lin' Light (Verve)

Con Terry Gibbs
1961: The Exciting Terry Gibbs Big Band (Verve)

Con Gary McFarland
1963: Point Of Departure (Impulse!)
1966: Profiles (Impulse!)

Con Lee Konitz
1967: The Lee Konitz Duets (Milestone)

Con Thad Jones-Mel Lewis Big Band
1970: Consummation (Blue Note)

Con Ray Brown
1975: Brown's Bag (Concord)

Con Zoot Sims
1977: Hawthorne Nights (Pablo)

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