sábado, 13 de diciembre de 2014

Guadalajara 2014: Escalandrum con Julieta Venegas, Adrián Iaies y Horacio Fumero, y los chiles habaneros de Guillermo Hernández

Entre el 29 de noviembre y el 7 de diciembre pasados tuvo lugar la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Esta vez el país invitado fue la Argentina y Jorge Fondebrider fue uno de los sesenta escritores argentinos que integraron la delegación enviada a esa ciudad mexicana por la Dirección de Cultura de la Cancillería con el objeto de dejar bien alto el nombre del país participando en mesas redondas y lecturas, que son las cosas que se suelen hacer en esos lugares. Sin embargo, como en otras ocasiones, Guillermo Hernández, del todo ajeno a la importancia de la misión, pero sabiendo del viaje le encargó a Fondebrider que le trajera unos chiles habaneros porque, según le explicó al atribulado polígrafo, en Merlo no se consiguen. Y sacando uno de esos fajos de billetes que conserva en el bolsillo del pantalón desde sus tiempos de verdulero le dijo al azorado escritor: "Tomá unos pesos, comprame los morrones y traeme el vuelto".

Ya en tierras aztecas, Fondebrider cumplió con los encargos (el de la patria y el de Hernández) y aprovechó para asistir dos noches a los shows musicales que tuvieron lugar dentro del programa que organiza la FIL en su explanada. En ambas ocasiones, lo primero que le llamó la atención fueron las 43 sillas vacías dejadas en homenaje a los estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos", conocida como Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, presuntamente asesinados por policías municipales del municipio de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero. Cada una de esas sillas, con la correspondiente foto, se constituyó en una presencia ominosa a lo largo de cada acto que tuvo lugar en la explanada de la FIL y en un recordatorio singular de que México, harto de todo tipo de desigualdades y vilencias, es en estos días una especie de olla a presión

Gustavo Musso y Pipi Piazzolla
En la noche del 29 se presentó Escalandrun, el grupo del baterista y compositor Pipi Piazzolla, integrado por Damián Fogel (saxo tenor), Gustavo Musso (saxos alto y soprano), Martín Pantyer (saxo barítono y clarinete bajo), Nicolás Guerschberg (piano y arreglos) y Mariano Sivori (contrabajo). El show estuvo casi en su totalidad dedicado a homenajear a Astor Piazzolla y fue absolutamente extraordinario.

Con todo, cuando Pipi anunció la presencia de la cantante Julieta Venegas, quien iba a compartir algunos temas con el conjunto, el auditorio se vino abajo. Con un bajísimo perfil y mucha humildad, la cantante mexicana se atrevió con "Chiquilín de Bachín" y un par de temas más, para concluir cantando una canción de Gustavo Ceratti (que, por cierto, le venía mucho mejor que las complicadas canciones de Piazzolla). De más está decir que todo terminó en una cerrada ovación. Y Escalandrun cerró con una versión magnífica de "Adiós Nonino", demostrando con gran inteligencia y muy buenos arreglos del pianista, que la música de Piazzolla puede ser interpretada sin recurrir al sempiterno bandoneón.

Dos días más tarde fue el turno de Adrián Iaies y Horacio Fumero. Ambos se presentaron por primera vez en México y, con un repertorio fundamentalmente de tangos tocados como standards de jazz, alguna incursión de Fumero en el folklore, un tema de Charlie Parker en homenaje a Julio Cortázar (cuyo centenario de nacimiento festejaba la FIL) y otro para el compositor local Armando Manzanero, cautivaron a un público entusiasta que terminó ovacionándolos de pie.

Contento con lo visto y oído, y con los chiles habaneros guardados en el bolsillo del saco, como otras tantas veces, Fondebrider se perdió en la noche, dispuesto a beberse un último tequila.

martes, 2 de diciembre de 2014

Jorge Fondebrider entrevista a Mauricio Dawid, vocero de KUAI MUSIC

Mauricio Dawid
Así como en su momento BAU Records y, más adelante, Rivorecords, el último año de jazz argentino parece haberse destacado por la presencia de KUAI MUSIC, un nuevo sello donde graban músicos muy jóvenes de todo el país y que se encuentra en plena actividad. Por eso, Jorge Fondebrider entrevistó a Mauricio Dawid, acaso la cabeza visible del proyecto.

“Un espacio desde donde difundir el esfuerzo”

¿Cuándo y por qué se armó KUAI como sello? 
–KUAI MUSIC surgió a principios de 2013 como consecuencia de dos proyectos previos. El primero fue la reunión de más de veinte músicos que tenían planeado grabar un disco y coordinarlo con la visita del ingeniero de grabación Luis Bacqué a Buenos Aires. Durante un mes, un estudio de grabación quedó a disposición exclusivamente nuestra y se grabaron todos los discos de un tirón. El segundo proyecto fue crear un sello discográfico para editar varios de esos discos que habían sido grabados a fines de 2012, pero en ese momento se nos hizo muy complicado ponernos de acuerdo y ese sello no llegó a nacer. Unos meses después le propuse a Fran Cossavella y a Damien Poots retomar la idea y comenzamos a desarrollar KUAI MUSIC.
El motivo por el cual creamos el sello es que deseamos documentar lo que consideramos un momento de ebullición en la escena del jazz. Nosotros somos parte de una nueva generación de músicos que proviene de distintas partes del país, y que hace ya unos años trabaja grupalmente en el desarrollo de una expresión musical creativa. Es por eso que nos pareció necesario darle un marco a todo ese trabajo que venimos realizando. A su vez, los músicos necesitamos contar siempre con una plataforma desde la cual difundir nuestra música, y en este caso somos nosotros mismos los que la hemos creado y sostenemos actualmente.

¿Quiénes son los responsables?
–Los primeros responsables del proyecto hemos sido Fran Cossavella, Damien Poots y yo. Actualmente ellos viven en París, y si bien hoy en día es sencillo mantener la comunicación y la dinámica de trabajo, les es difícil participar de ciertas cuestiones que necesitan ser tratadas desde aquí. Por eso hemos decidido contar con la ayuda de otros colegas que siempre estuvieron dispuestos a colaborar con el proyecto. El primero es Juan Bayon, quien, desde que supo de la formación de KUAI MUSIC, nos dijo que quería formar parte y editar su disco a través del sello. De hecho, la primera tanda de discos a editarse iba a estar conformada por nuestros cuatro álbumes, pero Juan ganó un premio por su disco Control y tuvo que posponer la edición para agosto de 2014.

¿Cómo se financian los discos?
–Durante este año editamos muchos discos que fueron grabados en 2013, es decir que mucha gente acudió a nosotros con una grabación terminada ya en la mano. De todos modos, nuestro proyecto inicial siempre fue que las grabaciones sean gestionadas por los propios músicos. Veremos si esa condición cambia para 2015. Nuestro objetivo principal es lograr que los músicos puedan grabar y difundir inmediatamente su música, agilizando todo el proceso de edición que siempre resulta tan tedioso para los independientes.

¿Cómo se decide qué discos van a sacar?
–Nosotros buscamos principalmente que los discos que editamos tengan un cierto sentido de homogeneidad entre sí. De alguna manera buscamos que cada artista que forma parte del sello tenga libertad a la hora de producir un disco: ésta va desde la música que escribe hasta el arte de tapa, el estudio donde decide grabar, la formación de la banda, etc. En ese aspecto vamos a contramano de varios sellos discográficos, pero eso no significa que nosotros no tengamos incidencia en las decisiones estéticas. Todos los discos que editamos pertenecen a músicos que no sólo admiramos, sino que también conocemos bien. Eso nos facilita mucho el trabajo de producción.

¿Por qué hay discos reales y otros virtuales, que solamente se bajan?
–Creemos que estamos atravesando un momento de transición en la industria discográfica, en el que el mercado de CDs ha decaído mucho, pero el hecho de pagar por una descarga o por streaming tampoco se ha instalado del todo aquí. Nosotros apostamos fuertemente a la difusión y la distribución de la música en formato digital, y dejamos que cada artista decida si quiere editar en CD su disco o no. Además, todo aquel que elija hacer una edición física de su material puede elegir los detalles de la edición (packaging, cantidad de réplicas), por eso es que los CDs pertenecientes a nuestro catálogo son distintos entre sí.

En líneas generales, casi todos los músicos que graban en KUAI son muy jóvenes y parecen tener referentes relativamente comunes. ¿Es así? ¿Podrías enumerarlos?
–Sí, de hecho la creación de KUAI MUSIC tiene su origen en el hecho de que vemos a una generación de músicos de jazz que viene trabajando con firmeza desde hace años y estaba haciendo falta un espacio desde donde difundir con mayor eficacia todo ese esfuerzo. Hay un vínculo muy cercano entre todos los artistas del sello, y la idea es que aquel que visite el sitio web pueda llegar a conocerlos a todos con rapidez. Queríamos reflejar a través del sello esa conexión musical y extra-musical que tenemos.
Los artistas que hasta ahora han editado su disco a través de KUAI MUSIC son: Santiago Leibson, Miguel Crozzoli, Damien Poots, Fran Cossavella, Mauricio Dawid, Juan Bayon, Francisco Slepoy, Paula Shocron, Tomás Fares, Carlos Quebrada, Juani Méndez, Matias Suarez, Ramiro Franceschin, Pablo Díaz y Bruno Delucchi. Muy pronto saldrá el nuevo disco de la cantante Jazmín Prodan, el del guitarrista Juan Pablo Hernández y el del contrabajista Leonel Cejas.

La mayoría la música está fundamentalmente compuesta por los líderes de los distintos proyectos. ¿Por qué se inclinaron por este tipo de material y dejaron afuera el material standard?
–La identidad del sello apareció sola: en el momento en que decidimos juntarnos con Fran y Damien para desarrollar el proyecto, nuestros discos eran de música propia y ninguno había grabado standards. Luego aparecieron los discos de Juan Bayon, Miguel Crozzoli, Francisco Slepoy, Santiago Leibson…y alguno que otro tenía una versión de Thelonious Monk, Ornette Coleman o Andrew Hill, pero ninguno había puesto el foco en los standards a la hora de armar el disco. No es que tengamos algo en contra de los standards, de hecho casi todos tenemos una actividad musical que gira en torno de ellos, pero justo nos topamos con que había muchísima música escrita que valía la pena editar y difundir.