Presentación oficial, cena y número vivo en lo de Víctor Winer

La presentación oficial del vino Minton's tuvo lugar en la residencia del Sr. Víctor Winer (de sonrisa beatífica, a la izquierda), reputado dramaturgo, el viernes 9 de diciembre de 2011. Hasta allí se costearon varios de los habitués de Minton's, con el objeto de acompañar el emprendimiento y, desinteresadamente, comprobar la calidad del vino y las posibilidades de un asado que, a pedido de Víctor, llevó a cabo con diligencia y talento su empleada Patricia.



Entre los muchos invitados de esa noche, el ágape se benefició con la presencia de Gustavo Choren, quien brindó una breve conferencia sobre las bondades del vino Minton's y sus razones para la elección de éste, y de Horacio Sbaraglia, a quien pertenecen las magníficas fotos que ilustran esta entrada. La noche estuvo a la altura de las circunstancias y ayudó a que todo transcurriera de la mejor manera.



Carlos Melero, viene a ofrecer su corazón.



Como siempre sucede en todo tipo de reuniones, hubo excesos, en algunos casos, bien llevados..



Pero para prevenir que la cosa no pasara a mayores, fue necesaria la enérgica intervención de algún comensal cuya templanza y actitud recoleta invitara a la moderación e incitara a la emulación  al resto de los presentes. Fue justamente ahí donde la presencia de Marcos Hadida –en la foto de arriba, sentado y de camisa blanca– resultó fundamental para que la noche transcurriera con la debida templanza.



Esa noche también hubo espacio para el amor...

Loiácono controla.

...y para la buena música ya que animó la velada el Mariano Loiacono Quinteto (en la oportunidad, con Gustavo Muzzo, Alan Zimmerman, Sebastián de Urquiza y Pepi Taveira), ampliado a sexteto (con Sebastián Loiácono de músico invitado).


Pepi Taveira en lo suyo.



El público entendido, aplaudió los solos y concluyó científicamente que el grupo de Loiácono la gasta.



Al final de la velada, los rostros de satisfacción –como el de Jorge Bierolai, que celebra aquí la buena vida y parece escapado de una propaganda de Mastercard– eran muchos. Así que cada cual se fue a su casa, cruzando una Barracas silenciosa y bañada por la luna –Winer no reparó en gastos–, hasta la próxima vez.