Para los fanáticos, una reseña sobre el nuevo opus de Anthony Braxton (en la ocasión de 4 CDs), firmada por Ludovic Florin en el Jazz Magazine de enero de este año, presentada aquí en traducción de J.F.
Anthony Braxton: Trilium E
Luego de la audición de Wozzeck, de Alban Berg, Braxton tuvo la revelación del género operístico. Este Trilium E, que nos llega hoy sólo presenta una parte ínfima del ambicioso proyecto que acaba de emprender.
De hecho, Trilium tendrá en total unos 36 actos. A razón de cuatro actos por obra, eso es el equivalente de ¡nueve óperas! Cada acto de Trilium E presenta una historia diferente, que, en filigrana, interrogan la parte oscura de la humanidad: un genio en un frasco, el clonado de seres humanos por un grupo de científicos, un pastiche de Star Trek y la búsqueda de un tesoro en una jungla. Después de la Tetralogía de Wagner y las siete óperas de Licht de Stockhausen, Braxton representaría a su manera un eslabón suplementario de la historia del "arte total". En lo que concierne a la música en sí, aun cuando a menudo remite a las sonoridades de la música "contemporánea" de los años setenta, hay un poco de todo: mucha escritura acoplada a improvisación, un número no determinado de fragmentos electroacústicos, ruidismo, coros... Y dado que se trata de una ópera, el texto está en primer plano. Como no siempre está cantado con claridad, el libreto se vuelve indispensable (aun cuando faltan partes, principalmente para lo que respecta al último acto). Gracias a las didascalias, muy numerosas, se puede imaginar una puesta en escena. Lástima que tanto la orquesta como los cantantes no siempre hayan estado a la altura. Pero admitamos la dificultad de la interpretación. Es música sin una verdadera melodía (recitativo atonal continuo), con una estética revulsiva, en la que en candor se mezcla con la ironía. Una simple crónica como ésta no basta para dar cuenta de esta grabación histórica: haría falta un número entero de Avant-Scéne Opéra.
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