El 25 de
agosto pasado, Peter Keepnews, periodista e hijo del gran productor
Orrin Keepnews, publicó la siguiente necrológica en el New York Times, aquí
traducida por Jorge Fondebrider.
Rudy
Van Gelder, el ingeniero de audio que ayudó a definir
el sonido del jazz en los
discos, murió a los 91 años.
Rudy Van Gelder,
un ingeniero de audio cuyo trabajo con Miles Davis, John Coltrane y muchos
otros músicos ayudó a definir el sonido del jazz en los discos, murió el
jueves, en su casa, que hacía las veces de estudio, en Englewood Cliffs,
Nueva Jersey. Tenía 91 años. Su muerte fue confirmada por su asistente,
Maureen Sickler.
Mr. Van Gelder, según se tomaba el trabajo de explicar en las
entrevistas, era ingeniero y no productor. No estaba a cargo de las sesiones
que grabación; no era él el que contrataba a los músicos o el que elegía el
repertorio. Pero tenía la última palabra respecto del sonido que debían tener
los discos, y a los ojos de incontables productores, músicos y oyentes, era
mejor que cualquier otro.
Entre los muchos álbumes de los que fue ingeniero para
Blue Note, Prestige, Impulse y otros sellos de las décadas de 1950 y 1960, se
incluyen reconocidos clásicos como A Love
Supreme, de Coltrane, Walkin’, de
Miles Davis, Maiden Voyage, de Herbie
Hancock, Saxophone Colossus, de Sonny
Rollins y Song for My Father, de
Horace Silver.
En la década de 1970, trabajó principalmente para CTI
Records, el sello de jazz comercialmente más exitoso del período, en el que su
discografía incluye álbumes de éxito como What
a Diff’rence a Day Makes, de Esther Phillips y Mister Magic, de Grover Washington Jr.’s.
“Creo que,
técnicamente, estuve involucrado en más discos, que nadie en la historia
del negocio del disco”, le dijo Mr. Van
Gelder al New York Times en 1988.
Mr. Van Gelder era reacio a revelar demasiado sobre
sus técnicas de grabación. Pero tenía en claro su objetivo: quería –le dijo en
2012 a Marc Myers, del website JazzWas– “que la electrónica captara el espíritu
humano de la manera más exacta que fuera posible”, y hacer que los discos de los
que era ingeniero de sonido tuviera el sonido“más cálido y realista que se pudiera”.
Comparando la manera de trabajar de Mr. Van Gelder
con la de otros ingenieros, en la revista Current
Musicology, en 2001, Dan Skea observaba: “A pesar de que las primeras grabaciones
de jazz parecían llegar al oyente desde una cierta distancia, Van Gelder
encontró una manera de acercarse y de captar la música desde un lugar más
próximo, y transmitir con mayor claridad la característica sensación de inmediatez
del jazz..
Mr. Van Gelder solía explicarlo de esta manera: “Cuando
la gente habla de mis álbumes, a menudo dicen que la música tiene ‘espacio’. Yo
traté de reproducir la sensación de espacio por encima del conjunto total”.
Y agregaba: “Usaba micrófonos específicos ubicados en
lugares que les permitían a los músicos sonar como si estuvieron tocando en el
estudio desde distintas ubicaciones, lo que sucedía en realidad. Eso creaba una
sensación de volumen y profundidad”.
También se enorgullecía de estar al día en cuanto a
la tecnología de grabación. Fue uno de los primeros ingenieros que usó en los
Estados Unidos micrófonos de última generación, creados por la compañía alemana
Neumann (porque, decía, un Neumann “puede captar sonidos que otros micrófonos
no pueden”). Fue uno de los primeros en adoptar las cintas magnéticas de grabación
y, posteriormente, las grabaciones digitales.
Rudolph Van Gelder nació en Jersey City, el 2 de
noviembre de 1924. Sus padres, Louis Van Gelder y Sarah Cohen, tenían un
negocio de ropa de mujeres en Passaic, N.J.
Temprano, Rudolph se interesó en el jazz –tocaba trompeta,
aunque según afirmaba, no bien–, al tiempo que desarrollaba una pasión paralela
por la tecnología de sonido. A los 12 se compró un estudio de grabación casero,
que incluía una bandeja giradiscos y discos. En la secundario se convirtió en radioaficionado.
Pero, en principio, no pensó que podría ganarse la
vida como ingeniero de grabación y, por ello, asistió al Pennsylvania College
of Optometry, en Filadelfia. “Sentía que estudiar para óptico me daría la
disciplina mental que necesitaba y un ingreso estable luego de graduarme”,
recordó más adelante.
Por más de una década fue óptico de día e ingeniero
de grabación en su tiempo libre.
Originalmente se armó un estudio en el living de sus
padres, en Hackensack, N.J. Hasta 1959 –momento para el cual ya había
grabado algunos de los más celebrados discos de la historia del jazz– no pudo
permitirse hacer que la ingeniería de sonido fuera su ocupación de tiempo
completo, cambiando entonces sus operaciones para hacerse un estudio casero,
que él mismo se diseñó en Englewood Cliffs.
“Nunca gané mucho dinero como optico”, dijo en la
entrevista de JazzWax. “Ganaba más haciendo discos. Pero todo lo que ganaba
como óptico se reinvertía en equipos para grabación y, con el tiempo, en
construir mi estudio en Englewood Cliff.”
En 1952, después de haber estado grabando durante
varios años discos de 78 r.p.m. de músicos y cantantes locales, le llamó la
atención a Alfred Lion, del Blue Note Records, la principal compañía de jazz de
la época. Mr. Lion empezó a emplear sus servicios regularmente, y las otras
compañías de grabación rápidamente lo imitaron.
Mr. Van Gelder no sólo era conocido por su habilidad
como ingeniero, sino también por su meticulosidad, ejemplificada por su
insistencia en usar guantes mientras trabajaba. “Yo era el tipo que hacía todo:
disponer las sillas, tirar los cables en el piso, ubicar los micrófonos,
trabajar en la consola”, explicaba en 2012. “No quería andar manipulado todo mi
equipo delicado y caro con las manos sucias”.
A diferencia de muchos ingenieros de audio, Mr. Van
Gelder se involucraba en cada aspecto de la realización de un disco, desde la
preparación del master,, hasta la masterización la etapa final en el proceso, en la cual la
música de la cinta se transfiere al disco para su posterior replicado. “Siempre
quise tener el control de toda la cadena de grabación”, decía. “¿Por qué no? Mi
nombre estaba ahí puesto.”
En 1999 empezó a remasterizar muchas de las sesiones
de Blue Note para el CD; los resultados fueron lanzados con mucha fanfarría
como las Rudy Van Gelder Editions. Posterormente hizo otro tanto para sus
grabaciones Prestige y CTI.
Mr. Van Gelder se casó dos veces; ambos matrimonies terminaron
con la muerte de sus esposas. Sólo queda su hermano Leon.
En 2009 fue nombrado Jazz Master del National
Endowment for the Arts (Fondo Nacional de las Artes), y recibió un premio por
su trayectoria de la Recording Academy en 2012 y otro de la Audio Engineering
Society en 2013.
Cuando se enteró de que iba a ser honrado por la
N.E.A. en una ceremonia en Nueva York, Mr. Van Gelder dijo: “Pensé en todos los
grandes músicos de jazz a quienes grabé a través de los años, en lo afortunado
que fui de que los productores con quienes trabajé confiaran en mí trayéndome a
esos músicos para que los grabara”.
Y agregó: “Creo que voy a tener que comprarme un
traje”.