Diego Fischerman publicó en el diario Página 12 del día de hoy la siguiente columna. Se reproduce a continuación.
Cien títulos y muchas joyas
La mayor parte de este centenar de CD editados en Japón son
fundamentales y varios, figuritas difíciles desde hace décadas. Ahora se
consiguen a buen precio en varias disquerías porteñas. Hay discos del Modern
Jazz Quartet, Corea, Ellington, Mingus y Brubeck, entre otros.
No hay por qué elegir un solo
momento. Aparece, por supuesto, la tentación de referirse a la manera en que
Art Farmer frasea la melodía en el flugelhorn, su exquisito contrapunto con la
guitarra de Jim Hall y el posterior solo de Steve Swallow en contrabajo (en
1968 todavía tocaba ese instrumento) en “Sometime Ago”, el bello vals compuesto
por Sergio Mihanovich, incluido en un disco con nombre exacto: Interaction. Pero inmediatamente surge
“Plastic Dreams”, esa especie de tango que John Lewis toca en clave, con el
Modern Jazz Quartet, en el álbum del mismo nombre. O los formidables arreglos
de Quincy Jones para Plenty, Plenty Soul,
de Milt Jackson. O el extraordinario Tones for Joan’s Bones, de Chick Corea.
Por no nombrar las grabaciones en vivo del cuarteto del saxofonista Charles
Lloyd, con un brillante pianista de 22 años llamado Keith Jarrett.
Son cien discos, la mayoría
fundamentales y muchos de ellos verdaderas figuritas difíciles desde hace
décadas. Y no hay ninguna necesidad de optar entre unos y otros, salvo por el
hecho de que difícilmente se pueda comprarlos todos. El hecho, en todo caso, es
que la filial europea de la compañía Warner hizo un convenio con su par japonesa,
que durante años mantuvo una gran autonomía en sus catálogos, para publicar en
ese continente una selección de los títulos de Atlantic y Reprise (además de
algún otro sello subsidiario) que ellos habían editado. Las ediciones
japonesas, todo un capítulo para los discófilos, habían tenido, desde siempre,
dos grandes atractivos: su sonido y una variedad de títulos mucho mayor que los
que habitualmente se conseguían en Europa y los Estados Unidos (y ni hablar en
los satélites más alejados del sistema solar, como la Argentina ). Y, también,
dos poderosas contras: su precio y su inaccesibilidad.
La selección de cien títulos, a
la que bautizaron Jazz Best Collection, puso en circulación clásicos como The Modern Jazz Quartet, el primer álbum
que ese grupo grabó para Atlantic, en 1957; Ornette!,
de Ornette Coleman; The Avant-Garde,
de John Coltrane y Don Cherry; o Bud
Powell in Paris, con una calidad sonora inédita (todos los volúmenes están
remasterizados con 24 bits). Pero, también, hizo accesible (y barato) aquello
que hasta el momento había sido patrimonio exclusivo del tesoro del sol
naciente: los discos de la genial cantante Chris Connor, la big band del
compositor y pianista Clare Fischer, el cuarteto de Art Farmer con Jim Hall, el
notable primer disco solista de Joe Zawinul o el excelente debut del
contrabajista Miroslav Vitous, Infinite
Search, registrado en 1970 por un súper grupo que incluía a John McLaughlin
en guitarra, Joe Henderson en saxo, Herbie Hancock en piano y Jack De Johnette
en batería.
La representante local de Warner,
sorpresivamente –una maravillosa sorpresa, en todo caso–, decidió importar la
colección entera. Y varias disquerías de Buenos Aires (Minton’s, RGS, Zival’s)
la ofrecen a muy buen precio. Entre las joyas que no deberían pasar inadvertidas,
además de las ya nombradas, están Concert
in the Virgin Islands, de Duke Ellington; Three or Four Shades of Blues, donde Charles Mingus toca con Larry
Coryell, John Scofield y Philipp Catherine en guitarras; The Wonderful World of Jazz, un disco genial del pianista John
Lewis; Soul Brothers, el encuentro
entre el vibrafonista Milt Jackson y Ray Charles, que aquí toca saxo además de
piano; All The Things You Are, el
álbum de Dave Brubeck en el que tocan saxo Lee Konitz y Anthony Braxton; los
dos volúmenes del arreglador Marty Paich, con una auténtica selección de
músicos de la Costa Oeste
(I Get a Boot Out of You y The Broadway Bit); el magnífico Hear Ye!!! Hear Ye!!! Hear Ye!!! del
quinteto de Harold Land y Red Mitchell; y West
Coast Wailers, del trompetista Conte Candoli y el pianista Lou Levy.
Los hipotéticos compradores sólo
deberán huirle a un título, Vibrations,
de Milt Jackson. Y no por razones musicales sino porque toda la partida llegó
mal impresa y el disco que figura con ese nombre (y en esa cajita) es otro: Trav’lin’ Light, del Trío de Jimmy
Giuffre. El álbum es extraordinario pero, desde ya, conviene comprarlo en su
propio envase que, afortunadamente, contiene lo que se anuncia.
Muchas Gracias por la info Diego ! realmente es reconfortante acceder a estos discos por un módico precio y con una calidad sonora superlativa. Esperamos ansiedad mediante que sigan enviándo partidas para estos lares , quedan "sólo" 900 títulos para incorporar !!!
ResponderEliminarEn mi opinion se trata de una verdadera ganga : la mayoría de estos discos no aparecían en las bateas hace bocha de tiempo y suenan increíblemente bién ! por lo que indagué el precio en otros países es muy superior así que me sumo a la frase "a comprar que se acaba el mundo " jaja.
ResponderEliminarEnzo
Excelente colección, ojalá le den continuidad a estas ediciones.
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