De la sección RARUM, de Cuadernos de Jazz, una joyit a de Jonio González
Romano Mussolini
& His Friends
Soft & Swing
Romano Mussolini (Fender Rhodes), Cicci
Santucci (tp, fisc), Roberto Zapulla (bat), Wilfred Copello (perc), Lino
Ranieri (b el)
Milán,
1979
Grabación
original en Carosello Records CLE 21045
Reeditado
en 1996 por Right Tempo Classics RTCL 809 CD
Intente
imaginar el lector que Adolf Hitler y Eva Braun tuvieron un hijo, que éste se
dedicó al jazz, que obtuvo un éxito nada desdeñable, sobre todo en su país, que
jamás abjuró de su padre, ni siquiera de sus actos. Sí, es mucho imaginar. Y
sin embargo ocurrió algo similar con un dictador que poco tenía que envidiar a
citado (si acaso algunas victorias con algo más de relumbrón): Benito
Mussolini. En efecto, el cuarto hijo de
Il Duce, Giulio Romano, nacido en Forli en 1927, fue un entusiasta del jazz
desde temprana edad, a partir del día en que su hermano Vittorio le regaló un
disco de Duke Ellington: Black Beauty. Dado que en casa no eran
precisamente afectos a esa suerte de degeneraciones musicales (aun cuando al
parecer Benito encontraba simpático a Fats Waller), tuvo que conformarse con
estudiar piano clásico. Ello no impidió que su afición creciera, en parte
porque un oficial de la
Wehrmacht lo proveía clandestinamente de discos llegados de
Estados Unidos, en parte porque tuvo una segunda y definitiva epifanía al
descubrir a Louis Armstrong, cuyos discos se conseguían por entonces en la Península con el
italianizado nombre de Luigi Fortebraccio [sic]. Como quiera que sea, la
vida del pequeño Romano se complica cuando su padre muere a manos de los
partisanos, Italia pierde la guerra y él y su familia son deportados a Ischia.
Las desventuras, no obstante, durarán relativamente poco. La amnistía de 1947
le permite dar rienda suelta a su pasión en night clubs y restaurantes
de su ciudad de acogida con el nombre de Romano Full. Pronto, sin embargo,
quienes lo contratan se dan cuenta de que su apellido original provocaría la
curiosidad y hasta el morbo del público, que acudiría en mayor número a
escucharlo, como en efecto ocurre. De modo, pues, que a finales de los años
cuarenta encontramos a Romano (ya Mussolini) tocando con algunos de los músicos
de jazz más importantes de la época en su país, como Carlo Loffredo, Enzo
Scoppa y Dino Piana entre otros. El éxito va en aumento. En 1956 se presenta en
el Festival Internacional de Jazz de San Remo; en 1963, al frente de los Romano
Mussolini All Stars graba Jazz Allo Studio 7, que se convierte en un
éxito de ventas y lo ubica en la élite del jazz italiano; acompaña a Dizzy Gillespie,
a Duke Ellington, a Ella Fitzgerald, a Lars Gullin, a Louis Armstrong; graba y
colabora profusamente con Chet Baker. Casado con Maria Scicolone (hermana de
Sofia Loren), tiene tres hijas, una de las cuales, Alessandra, se convierte en
una destacada militante de la extrema derecha neofascista y llega a obtener un
escaño en el Parlamento Europeo por la formación que ella misma crea, Azione
Sociale. Por cierto, el himno de la misma, Orgullo de ser italiano, es
obra de nuestro hombre. Y es que Romano, como el imaginario hijo de
Hitler, jamás renegó de su progenitor
(una foto de 1962 nos lo muestra ante el piano en compañía de su hermana Anna
Maria y un recio retrato de Il Duce) . Para él las leyes raciales que impuso el
Partido Fascista eran, en sus propias palabras, “muy humanas, pues permitían a
los judíos que se hicieran católicos”. Y va más allá al sostener (casi
proféticamente, si se piensa en Berlusconi) que “Mussolini y el fascismo
sembraron las bases de la
Italia moderna”.
En
el aspecto puramente musical, Romano recibió la temprana influencia de George
Shearing para convertirse, con los años, en una suerte de “Peterson
melancólico”, como ha escrito el crítico Mark Steyn. Ocasionalmente inspirado y
siempre eficaz, según nos recuerda éste, produjo algunos discos aceptables,
entre ellos Last Lost Love, Pennies from Heaven, The Wonderful World of
Louis o Napule E'Nu Quarto 'E Luna, dedicado a la ciudad donde vivió
un tiempo alternando la carpintería con la música. En los setenta descubre el funk
y la música brasileña y graba, en 1974, Mirage, donde toca el Fender
Rhodes. Cinco años después, y delante también de un Fender, registra el
presente disco, con seis composiciones propias más "Autumn Leaves" y "Minority",
de Gigi Gryce. Música ligera, ejecución económica, una concepción del swing tan
correcta como previsible, con una sección rítmica algo ramplona, estimables
intervenciones de Santucci y un tema ciertamente agradable, Duke, que,
con su atmósfera evocadora bien podría haber integrado el soundtrack de
un film noir francés, como algún crítico ha señalado acertadamente, lo
que no es poco. Sólo cabe preguntarse, quizá desde el prejuicio (quien esto
escribe no lo niega), si ahora estaríamos reseñando este disco si quien lo
grabó no hubiese ostentado tan ilustre apellido.
Romano
Mussolini murió en Roma en febrero de 2006. A su funeral asistió la flor y nata de la
extrema derecha italiana, y suponemos que algún músico de jazz.
muy interesante! desconocía totalmente esta historia. Gracias !
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