“Estoy feliz de ir a Buenos Aires”
Cómo escribir sobre John Zorn y la intensidad de su trabajo sin considerar el cúmulo desbordante de energías y ritmos de Nueva York, su ciudad de origen? Tanto en La Gran Manzana como en la carrera de este ícono de la escena del jazz neoyorquino, se percibe de inmediato un enorme tráfico de estímulos, de ésos que dejan su huella.
Veamos. Zorn, nacido en el distrito de Queens en 1953, se planteó desde un comienzo como un músico total. “Tenemos una cultura predominantemente visual, no auditiva y para mí el sonido siempre es primordial.”, manifestaba en un viejo documental. Es así que se vuelve natural verlo de pelo largo y pantalones camuflados, armonizando exquisitamente un saxo alto con su longevo grupo Masada. Lo mismo para cuando destroza el micrófono en brutal trance ruidoso, rodeado de músicos con look de ajetreados oficinistas en alguno de sus proyectos más extremos.
Cuando toca intenta --y logra-- transmitir su propia verdad. Zorn habla de sonidos guiados por pensamientos y sentimientos honestos. Su música disponible es mucha --grabó más de 100 discos y tiene su propio sello, Tzadik-- y de tantos diferentes estilos como rascacielos tiene Manhattan. “Yo elijo trabajar… y trabajo todo el día. Tomo las decisiones finales, pero también dependo de mis expertos colaboradores.”, explica. Desde los márgenes de la exposición mediática comenzaría a definirse como músico, formando parte, a comienzos de los ‘80, del movimiento de vanguardia Downtown Music, semillero de artistas como Yoko Ono, John Cale y Philip Glass. “Ser independiente me ayudó mucho a seguir con mi visión de las cosas sin compromisos”, sostiene.
¿Qué fue lo más valioso que te dejó aquella experiencia? Haber participado de una comunidad junto a músicos grandiosos. Encontrarnos, charlar, compartir e intercambiar ideas y energía. Ser neoyorquino influyó mucho en ese sentido, de otro modo mi carrera hubiese sido distinta. Y esto en Nueva York no remite sólo a cierto espacio de tiempo: desde los años 20 hasta la ahora, siempre fue, es y será una escena excitante. El enfoque y la energía de la ciudad y el hecho de estar rodeado de tantas mentes creativamente superdotadas son factores inspiradores.
A lo largo de su carrera Zorn estuvo involucrado en infinidad de proyectos entre los cuales se destacan Naked City, donde el jazz y la film music no conocían límites estilísticos y mostraban la cara más fiera y virtuosa de Zorn, Cobra --en el que implementa un lenguaje alfanumérico para interactuar con sus colaboradores-, su extensa serie de música para películas, y Masada, suerte de acercamiento de improvisación jazzera al tradicional klezmer de sus raíces judías y quizá su proyecto más duradero con el que editó cerca de 30 álbumes. Es con este grupo en su formación conceptual original --Masada tiene varios “hermanos” como Electric Masada, Masada String Trio, etc.-- que finalmente John Zorn y los suyos llegan a Sudamérica y con él a Buenos Aires. “Estoy feliz de ir a Buenos Aires. Vengo esperando esto desde hace años, y sé que hay muchos seguidores de esta música allí. ¡Daremos todo! ¿Estás pensando en ver algo de música en vivo en la Argentina? Me encantaría, pero hay muy poco tiempo libre. Debo volver a Nueva York para grabar y componer.
¿Sos admirador de algún músico argentino? Soy un gran fan de Osvaldo Golijov, Giora Feidman y Mauricio Kagel. Por el lado del tango, Piazzolla, De Caro, D’Arienzo, Pugliese, Troilo y Firpo. También Dino Saluzzi, Mercedes Sosa, Megalopsy y Gustavo Cerati.
¡Conocés a Cerati! ¡Por supuesto que todos conocemos a Cerati! Como fans de los grandes compositores de la música brasileña, para nosotros es natural acercarnos a la música argentina y con ello, a Soda Stereo y los discos solistas de Cerati. Algunas cosas son muy simples o directas para mí, pero hay grandes canciones en los discos Sueño Stereo, Siempre es hoy y Bocanada. De todos modos, mi Cerati favorito es el de los proyectos paralelos Plan V, Roken , Ocio y la banda de sonido de la película Bien .
¿Sabés sobre su estado de salud? Sí, escuché sobre esta tragedia. Todos le deseamos fuerza, amor y una pronta recuperación.
Veamos. Zorn, nacido en el distrito de Queens en 1953, se planteó desde un comienzo como un músico total. “Tenemos una cultura predominantemente visual, no auditiva y para mí el sonido siempre es primordial.”, manifestaba en un viejo documental. Es así que se vuelve natural verlo de pelo largo y pantalones camuflados, armonizando exquisitamente un saxo alto con su longevo grupo Masada. Lo mismo para cuando destroza el micrófono en brutal trance ruidoso, rodeado de músicos con look de ajetreados oficinistas en alguno de sus proyectos más extremos.
Cuando toca intenta --y logra-- transmitir su propia verdad. Zorn habla de sonidos guiados por pensamientos y sentimientos honestos. Su música disponible es mucha --grabó más de 100 discos y tiene su propio sello, Tzadik-- y de tantos diferentes estilos como rascacielos tiene Manhattan. “Yo elijo trabajar… y trabajo todo el día. Tomo las decisiones finales, pero también dependo de mis expertos colaboradores.”, explica. Desde los márgenes de la exposición mediática comenzaría a definirse como músico, formando parte, a comienzos de los ‘80, del movimiento de vanguardia Downtown Music, semillero de artistas como Yoko Ono, John Cale y Philip Glass. “Ser independiente me ayudó mucho a seguir con mi visión de las cosas sin compromisos”, sostiene.
¿Qué fue lo más valioso que te dejó aquella experiencia? Haber participado de una comunidad junto a músicos grandiosos. Encontrarnos, charlar, compartir e intercambiar ideas y energía. Ser neoyorquino influyó mucho en ese sentido, de otro modo mi carrera hubiese sido distinta. Y esto en Nueva York no remite sólo a cierto espacio de tiempo: desde los años 20 hasta la ahora, siempre fue, es y será una escena excitante. El enfoque y la energía de la ciudad y el hecho de estar rodeado de tantas mentes creativamente superdotadas son factores inspiradores.
A lo largo de su carrera Zorn estuvo involucrado en infinidad de proyectos entre los cuales se destacan Naked City, donde el jazz y la film music no conocían límites estilísticos y mostraban la cara más fiera y virtuosa de Zorn, Cobra --en el que implementa un lenguaje alfanumérico para interactuar con sus colaboradores-, su extensa serie de música para películas, y Masada, suerte de acercamiento de improvisación jazzera al tradicional klezmer de sus raíces judías y quizá su proyecto más duradero con el que editó cerca de 30 álbumes. Es con este grupo en su formación conceptual original --Masada tiene varios “hermanos” como Electric Masada, Masada String Trio, etc.-- que finalmente John Zorn y los suyos llegan a Sudamérica y con él a Buenos Aires. “Estoy feliz de ir a Buenos Aires. Vengo esperando esto desde hace años, y sé que hay muchos seguidores de esta música allí. ¡Daremos todo! ¿Estás pensando en ver algo de música en vivo en la Argentina? Me encantaría, pero hay muy poco tiempo libre. Debo volver a Nueva York para grabar y componer.
¿Sos admirador de algún músico argentino? Soy un gran fan de Osvaldo Golijov, Giora Feidman y Mauricio Kagel. Por el lado del tango, Piazzolla, De Caro, D’Arienzo, Pugliese, Troilo y Firpo. También Dino Saluzzi, Mercedes Sosa, Megalopsy y Gustavo Cerati.
¡Conocés a Cerati! ¡Por supuesto que todos conocemos a Cerati! Como fans de los grandes compositores de la música brasileña, para nosotros es natural acercarnos a la música argentina y con ello, a Soda Stereo y los discos solistas de Cerati. Algunas cosas son muy simples o directas para mí, pero hay grandes canciones en los discos Sueño Stereo, Siempre es hoy y Bocanada. De todos modos, mi Cerati favorito es el de los proyectos paralelos Plan V, Roken , Ocio y la banda de sonido de la película Bien .
¿Sabés sobre su estado de salud? Sí, escuché sobre esta tragedia. Todos le deseamos fuerza, amor y una pronta recuperación.
Me pareciò muy extraño que Clarin publicara esa nota, pero bienvenida sea, a pesar de la muy reducida informaciòn que ofrece del universo Zorn. Està "ok" para un medio masivo, supongo :)
ResponderEliminarBueno, es más posible que esta nota la publique Clarín que Tiempo Argentino, ¿no? Y sí, es mejor que nada.
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