domingo, 28 de agosto de 2016

Rudy Van Gelder (1924-2016)

El 25 de agosto pasado, Peter Keepnews, periodista e hijo del gran productor Orrin Keepnews, publicó la siguiente necrológica en el New York Times, aquí traducida por Jorge Fondebrider.

Rudy Van Gelder, el ingeniero de audio que ayudó a definir 
el sonido del jazz en los discos, murió a los 91 años.

Rudy Van Gelder, un ingeniero de audio cuyo trabajo con Miles Davis, John Coltrane y muchos otros músicos ayudó a definir el sonido del jazz en los discos, murió el jueves, en su casa, que hacía las veces de estudio, en Englewood Cliffs, Nueva Jersey. Tenía 91 años. Su muerte fue confirmada por su asistente, Maureen Sickler.

Mr. Van Gelder, según se tomaba el trabajo de explicar en las entrevistas, era ingeniero y no productor. No estaba a cargo de las sesiones que grabación; no era él el que contrataba a los músicos o el que elegía el repertorio. Pero tenía la última palabra respecto del sonido que debían tener los discos, y a los ojos de incontables productores, músicos y oyentes, era mejor que cualquier otro.

Entre los muchos álbumes de los que fue ingeniero para Blue Note, Prestige, Impulse y otros sellos de las décadas de 1950 y 1960, se incluyen reconocidos clásicos como A Love Supreme, de Coltrane, Walkin’, de Miles Davis, Maiden Voyage, de Herbie Hancock, Saxophone Colossus, de Sonny Rollins y Song for My Father, de Horace Silver.

En la década de 1970, trabajó principalmente para CTI Records, el sello de jazz comercialmente más exitoso del período, en el que su discografía incluye álbumes de éxito como What a Diff’rence a Day Makes, de Esther Phillips y Mister Magic, de Grover Washington Jr.’s.

 “Creo que, técnicamente, estuve involucrado en más discos, que nadie en la historia del  negocio del disco”, le dijo Mr. Van Gelder al New York Times en 1988.

Mr. Van Gelder era reacio a revelar demasiado sobre sus técnicas de grabación. Pero tenía en claro su objetivo: quería –le dijo en 2012 a Marc Myers, del website JazzWas– “que la electrónica captara el espíritu humano de la manera más exacta que fuera posible”, y hacer que los discos de los que era ingeniero de sonido tuviera el sonido“más cálido y realista que se pudiera”.

Comparando la manera de trabajar de Mr. Van Gelder con la de otros ingenieros, en la revista Current Musicology, en 2001, Dan Skea observaba: “A pesar de que las primeras grabaciones de jazz parecían llegar al oyente desde una cierta distancia, Van Gelder encontró una manera de acercarse y de captar la música desde un lugar más próximo, y transmitir con mayor claridad la característica sensación de inmediatez del jazz..

Mr. Van Gelder solía explicarlo de esta manera: “Cuando la gente habla de mis álbumes, a menudo dicen que la música tiene ‘espacio’. Yo traté de reproducir la sensación de espacio por encima del conjunto total”.

Y agregaba: “Usaba micrófonos específicos ubicados en lugares que les permitían a los músicos sonar como si estuvieron tocando en el estudio desde distintas ubicaciones, lo que sucedía en realidad. Eso creaba una sensación de volumen y profundidad”.

También se enorgullecía de estar al día en cuanto a la tecnología de grabación. Fue uno de los primeros ingenieros que usó en los Estados Unidos micrófonos de última generación, creados por la compañía alemana Neumann (porque, decía, un Neumann “puede captar sonidos que otros micrófonos no pueden”). Fue uno de los primeros en adoptar las cintas magnéticas de grabación y, posteriormente, las grabaciones digitales.

Rudolph Van Gelder nació en Jersey City, el 2 de noviembre de 1924. Sus padres, Louis Van Gelder y Sarah Cohen, tenían un negocio de ropa de mujeres en Passaic, N.J.

Temprano, Rudolph se interesó en el jazz –tocaba trompeta, aunque según afirmaba, no bien–, al tiempo que desarrollaba una pasión paralela por la tecnología de sonido. A los 12 se compró un estudio de grabación casero, que incluía una bandeja giradiscos y discos. En la secundario se convirtió en radioaficionado.

Pero, en principio, no pensó que podría ganarse la vida como ingeniero de grabación y, por ello, asistió al Pennsylvania College of Optometry, en Filadelfia. “Sentía que estudiar para óptico me daría la disciplina mental que necesitaba y un ingreso estable luego de graduarme”, recordó más adelante.

Por más de una década fue óptico de día e ingeniero de grabación en su tiempo libre.

Originalmente se armó un estudio en el living de sus padres, en Hackensack, N.J. Hasta 1959 –momento para el cual ya había grabado algunos de los más celebrados discos de la historia del jazz– no pudo permitirse hacer que la ingeniería de sonido fuera su ocupación de tiempo completo, cambiando entonces sus operaciones para hacerse un estudio casero, que él mismo se diseñó en Englewood Cliffs.

“Nunca gané mucho dinero como optico”, dijo en la entrevista de JazzWax. “Ganaba más haciendo discos. Pero todo lo que ganaba como óptico se reinvertía en equipos para grabación y, con el tiempo, en construir mi estudio en Englewood Cliff.”

En 1952, después de haber estado grabando durante varios años discos de 78 r.p.m. de músicos y cantantes locales, le llamó la atención a Alfred Lion, del Blue Note Records, la principal compañía de jazz de la época. Mr. Lion empezó a emplear sus servicios regularmente, y las otras compañías de grabación rápidamente lo imitaron.

Mr. Van Gelder no sólo era conocido por su habilidad como ingeniero, sino también por su meticulosidad, ejemplificada por su insistencia en usar guantes mientras trabajaba. “Yo era el tipo que hacía todo: disponer las sillas, tirar los cables en el piso, ubicar los micrófonos, trabajar en la consola”, explicaba en 2012. “No quería andar manipulado todo mi equipo delicado y caro con las manos sucias”.

A diferencia de muchos ingenieros de audio, Mr. Van Gelder se involucraba en cada aspecto de la realización de un disco, desde la preparación del master,, hasta la masterización la etapa final en el proceso, en la cual la música de la cinta se transfiere al disco para su posterior replicado. “Siempre quise tener el control de toda la cadena de grabación”, decía. “¿Por qué no? Mi nombre estaba ahí puesto.”

En 1999 empezó a remasterizar muchas de las sesiones de Blue Note para el CD; los resultados fueron lanzados con mucha fanfarría como las Rudy Van Gelder Editions. Posterormente hizo otro tanto para sus grabaciones Prestige y CTI.

Mr. Van Gelder se casó dos veces; ambos matrimonies terminaron con la muerte de sus esposas. Sólo queda su hermano Leon.

En 2009 fue nombrado Jazz Master del National Endowment for the Arts (Fondo Nacional de las Artes), y recibió un premio por su trayectoria de la Recording Academy en 2012 y otro de la Audio Engineering Society en 2013.

Cuando se enteró de que iba a ser honrado por la N.E.A. en una ceremonia en Nueva York, Mr. Van Gelder dijo: “Pensé en todos los grandes músicos de jazz a quienes grabé a través de los años, en lo afortunado que fui de que los productores con quienes trabajé confiaran en mí trayéndome a esos músicos para que los grabara”.

Y agregó: “Creo que voy a tener que comprarme un traje”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario