El 21 de junio de este año que termina, el Dr. Horacio Barreiro (en la foto, de pie, junto con un abotagado Fernando Roveri y un elegante Carlos Melero, de cardigan blanco) realizó una comida francamente inolvidable en su casa, fijando un altísimo standard que comprometió seriamente a todos los futuros organizadores de ágapes vinculados a Minton's.
Al margen del vino, que corrió en cantidad y cuyos efectos pueden observarse en las foto que se ofrece ad hoc (de izquierda a derecha, Fernando, Martín, el cordobés, Marcos, G.H. y Sergio), la ingesta se vio coronada por una serie de magníficos platos (hay quien dice que fueron 12), algunos de los cuales se detallan a continuación.
Así, hubo una entrada con dos tipos de aceitunas rellenas a las que una sabia mano adornó con boquerones y anchoas, una burrata que para muchos fue lo más cercano a una epifanía que pueda imaginarse, morrones entregados a las llamas, champignones disfrazados de otras cosas, camarones convenientemente muertos en manteca y todo tipo de menudencias que hicieron las delicias de los presentes. Con todo, cuando ya se habían consumido varios platos de vaya a saber qué otras cosas que la memoria, por pudor, no quiere recordar, el Dr. Barreiro se desató con la paella y no hubo otro remedio que seguir comiendo y, claro, bebiendo para terminar de fijar la proteína.
Ya sobre las cinco de la tarde, a alguien se le ocurrió fijar el momento para la eternidad y todos se desplazaron trabajosamente hacia el centro del jardín, donde alguine de pulso todavía firme logró tomar la presente foto.
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